lunes, 19 de diciembre de 2011

"Mylène Farmer Libertina y Liberada" - Entrevista Paris Match


Única entrevista acordada por Mylène con los medios durante la explotación del Best of: Les Mots, fue para “Paris Match” el 6 de diciembre de 2001.
Una entrevista que marcó los espíritus de los que la conocen.


 Algunas respuestas:
“Siento cierta agresividad en su pregunta.”
“Es también falso como cuando dicen que estoy embarazada, que mi verdadero nombre es Marie-Hélène o que la revista Marie-Claire afirma que soy madre de un niño.”
“Siempre me sorprende ver que los medios retoman indefinidamente la misma información falsa.”
“Amó la escritura. Los que me aman lo saben. Ellos no deben estar en sus cenas mundanas.”

Algunas frases convertidas en culto y seguido son retomadas desde que fueron pronunciadas durante esa entrevista:
“Todo lo que es tibio me aburre.”
“Yo no decidí dedicarme a este oficio para ser conocida pero si para ser reconocida.”
“Yo sabré no hacer “la lucha”. Partir antes de colmar.”


PM: Si se siente incomoda cuando las miradas reposan sobre usted, sus últimas fotos son de corte “porno chic”. ¿Son necesarias para vender?
MF: Habría entonces que definir eso que se llama porno chic. En esas fotos no hay, que yo sepa, ni pornografía ni desnudez aparente. A mi entender- para retomar su tema- la pornografía nunca ha sido chic.

PM: Aún así son provocadoras…
MF: Yo no me dedico a este oficio para provocar. Pero, a veces, ciertas provocaciones son sinónimo de libertad. En un spot de TV que se acaba de hacer para la promoción del “Best of” recopilando los extractos de mis clips, hay un plano de 3 segundos en el que un hombre levanta delicadamente una sabana con una varilla (palito de madera) y descubre un par de nalgas. Los que hacen la censura de la publicidad nos han hecho cortarlo sin dar explicación. Que hipocresía,  cuando nos saturan todo el día con violencia. Todo lo que es tibio me aburre, lo políticamente correcto, la uniformidad de pensamiento y de expresión…No soy ingenua, se muy bien que publicando ese tipo de fotos voy a provocar cierto tipo de reacciones. Como soy la primera en oponerme a la censura, no puedo censurarme a mí misma! Voy hasta el final de mis deseos.

PM: Es raro verla sonreír en sus fotos…
MF: Esas fotos no representan más que una de las facetas de mi personalidad, la más osada sin duda. Una mujer que reivindica su feminidad talvez con un poco más de elocuencia que otra. Es la situación que me hace sonreír ya que esa mujer, en es foto, es también todo lo contrario a mí.

PM: ¿Nunca piensa en los locos que fantasean sobre usted?
MF: Prefiero no pensar, de lo contrario no haría nada.

PM: ¿Le gusta que la vean?
MF: Elijo mis momentos. Me gusta seducir con las palabras, con los gestos. Si no me gustara seducir, ¿como podría dedicarme a este oficio?

PM: Siempre dice que no le gusta que la censuren. Sin embargo es usted una controladora…
MF: Siento cierta agresividad en su pregunta. Las dos (*cosas) no son contradictorias. Si, soy alguien que controla, pero ¿porque sería condenable el control? Controlar es también ser exigente, tanto con uno mismo como con los otros, controlar no es ignorar ni no respetar el talento de los demás. Me dedico a este oficio desde hace 18 años. Comprendí muy rápido que había que desconfiar ya que siempre hay malversaciones: malversación de mis intenciones, malversación de mis declaraciones en las entrevistas (*refiriéndose a la prensa amarillista). De hecho es la razón por la que prácticamente nunca las doy (*entrevistas). Trato de limitar las malversaciones, los desvíos, las mentiras. Más que pasar el tiempo justificándome, cosa que no está en mi naturaleza, prefiero el silencio.

PM:  ¿No es mejor a veces equivocarse que estar siempre en guardia?
MF: Desconfió de cierta naturaleza humana. Más que nada, temo a la traición. Pero la desconfianza no excluye la entrega de sí mismo. ¿Puede ser que me han traicionado mucho? No se. Es más, no tengo ningún recuerdo de mi infancia y mi adolescencia se está borrando.

PM: La imagino como una niña pequeña arrancando los ojos de sus muñecas!
MF: (Carcajada de risa). ¿De verdad es como me ve? Hace un mes, le volví a coser los ojos a un viejo conejo de peluche! A demás, al parecer yo prefería los camiones que los juegos de niñas y fabricaba, como en “Tom y Jerry”, pequeñas bombas con corchos y una mecha que ponía delante de las escaleras de la entrada antes de salir corriendo!

PM: ¿Esa historia de amnesia, es verdad o la inventó para no hablar de su pasado?
MF: No comprendo como pueden pensar una cosa como esa!

PM:¿Por qué nunca se permite dejarse ir?
MF: No es necesario tener razones para tener miedo.

PM: Usted no está hecha más que de contradicciones. Es la más grande esquizofrénica que conozco. Cuando la vi por primera vez en el escenario descendiendo del cielo medio desnuda, a disposición del público, usted tan púdica, tímida, perdida en sus profundidades, reconozco que no puedo armar las partes de su personalidad…
MF: En el escenario, llego a olvidar las miradas de los otros, puede ser porque yo se que si la gente se toma la molestia de venir a verme, es porque me quiere. La vida me ha hecho un regalo inmenso: tengo una fuerza increíble en mí, aún si a veces vacilo, siempre me permite volver.

PM: Desde hace un año sus fans le reprochan y cito, “de tomarlos por vacas lecheras” y de no dar nada a cambio…
MF: No generalice a partir de un caso aislado. Quiero que sepan que nunca tuve la iniciativa de un club de fans ni oficioso, ni oficial. No estoy de acuerdo con el culto de mi personalidad. Si alguien o algunos decidieron voluntariamente crear un club de fans, es bajo su completa responsabilidad. No me opuse a la publicación de sus diarios ya que eran de calidad. Pero, sin embargo su destino no es mi incumbencia y ellos lo saben bien.  En cambio, siempre estoy sorprendida de ver que ciertos medios retoman indefinidamente la misma información falsa.

PM: Pero usted no nos da nada!
MF: Yo no pienso que se “da” necesariamente algo contando su vida a los diarios. Yo soy muy reservada. Mi respeto por el público es sin ambigüedad. Mi implicación moral, intelectual y sentimental es la misma, en la escritura de una canción que en la fabricación de un clip, una playera o un espectáculo. Cuando yo doy un concierto, se hace una inversión colosal en el escenario tanto emocionalmente como de manera financiera. Ofrezco el mismo espectáculo en París, en provincia o en Rusia.

PM: En un sondeo, usted es después de Laetitia Casta, la persona que gana más dinero en este oficio: 35 millones de francos (5 335 715 €) por año. ¿Es verdad?
MF: Es también falso como cuando se dice que estoy embarazada, que mi verdadero nombre es Marie-Hélène o que la revista Marie-Claire afirma que soy madre de un niño. El dinero me da una gran libertad pero no es un fin en sí mismo.

PM: ¿Gana más o menos?
MF: ¿Que Laetitia Casta?

PM: Usted siempre se rehúsa a hablar de su vida privada, entonces la inventamos!
MF: En la vida privada hay privacidad. La palabra es suficientemente elocuente. No admito esa forma de intrusión. Estoy satisfecha en mi vida privada y en mi carrera, no tengo nada que agregar.

PM: Usted se entrega y se zafa. ¿Esta consiente sin embargo que mantiene una relación neurótica con la fama?
MF: Yo no decidí dedicarme a este oficio para ser conocida pero si para ser reconocida. No tengo que justificarme. Siempre me reprochan mi pretendido silencio, pero el silencio es mi profunda naturaleza. Lo que es divertido, es que eso que ciertos aman en mi casa es al mismo tiempo lo que otros terminan por reprocharme. Así que ¿que hacer?

PM: Recientemente, en una cena parisina, algunos invitados se sorprendieron, entre otras cosas,  de su amistad con Salman Rushdie… (escritor británico)
MF: Me gusta la escritura. Los que me aman lo saben. Ellos no deben estar en sus cenas mundanas. La cultura siempre ha tenido un lugar muy importante en mi vida. Me gusta Bataille, Cioran, Edgar Poe, Tchekhov, Baudelaire. La poesía me transporta. Como hablo poco, leo seguido.

PM: Los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y los eventos que han derivado han sido una vuelta a la realidad para mucha gente. ¿para usted?
MF: No tenía necesidad de una catástrofe inmensa para despertar y comprender las urgencias (cosas importantes) de la vida. No paso un día sin pensar en la muerte. Para la mayor parte de la gente, los cementerios están llenos de tristeza. No para mí. Yo los visito como se visitan los museos. Ahí me siento bien cuando son bellos. Un árbol calcinado puede ser emocionante así como un árbol floreciendo.

PM: ¿Puedo hablar de sus actividades silenciosas cerca de los niños enfermos?
MF: [Incómoda]. ¿Para que? Esos momentos son momentos de gran riqueza, muy fuertes y raros(pocos) también. Momentos afortunados, silenciosos que les corresponden a ellos.

PM: Viene de cumplir 40 años. Usted proyecta siempre una imagen de juventud. Habrá un momento en el que eso se vuelva indecente…
MF: Hay una gran parte de niño en mí, puede ser que no la deba dejar. Se que hay una edad en la que no podemos hacer el Marsupilami (dibujo animado) (se refiere a que hay una edad en la que ya no se tiene la misma agilidad en el escenario)  en el escenario. Es verdad que tengo miedo a envejecer. Lo que me tranquiliza es eso que dicen los hombres cuando hablan bien de las mujeres, dicen que a los cuarenta y tantos están en plena posesión de su feminidad.

PM: ¿Usted cree que podrá arreglarselas sin los aplausos?
MF: Es una pregunta cruel pero a veces lo pienso. Yo sabré cuando vendrá el momento en el que habrá que cambiar. No en el fondo de mi expresión pero si en la forma. Yo sabré no hacer “la lucha”. Partir antes de colmar (saturar).
 


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Muchas Gracias a Maricarmen Ponce de León por la traducción de la entrevista. 




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